El Portal de las Estrellas Perdidas
Sinopsis
Nasia, una joven doncella de cabellos dorados y una mente aguda, siempre soñó con algo más allá de las páginas de los libros. Un día, mientras exploraba un bosque cercano, descubre un antiguo portal mágico. Lo que parece ser una simple puerta a un mundo nuevo se convierte en un viaje de descubrimientos inesperados, donde las reglas de la realidad se desvanecen. A medida que avanza, Nasia se enfrenta a secretos, desafíos y una verdad que cambiará su vida para siempre.
En un rincón olvidado del reino, en lo más profundo del bosque de Élloria, vivía Nasia, una joven doncella conocida por su belleza y su inteligencia. Cabellos dorados que caían como un río de sol sobre su espalda, una figura esbelta y una mente afilada que se alimentaba de los libros que siempre llevaba consigo. En su corazón, un deseo latente de algo más, algo más allá de los muros de su hogar y las historias leídas. Anhelaba ver el mundo, pero sobre todo, entendía que su destino estaba en algo mucho más grande que un simple matrimonio o una vida tranquila.
Una tarde, mientras paseaba por el borde del bosque, algo la llamó la atención. En un claro cubierto de musgo, una puerta antigua, cubierta de hiedra y con símbolos que parecían moverse, apareció ante ella como si hubiera estado esperando su llegada. No era una puerta común; la madera, aunque envejecida, brillaba con una luz que solo Nasia podía ver claramente. El portal parecía pulsar con una energía que la invitaba a entrar. Al acercarse, sus manos temblaron de emoción y miedo. No sabía qué le deparaba al cruzar esa entrada, pero el susurro de su intuición la empujaba a dar el paso.
Al atravesar la puerta, Nasia se encontró en un paisaje de estrellas suspendidas, cada una flotando en el aire, a la vez cercana y lejana. Parecía que había ingresado a un lugar entre mundos, donde la realidad y el sueño se fundían en una danza eterna. En el centro de este vasto espacio, una figura sombría la observaba. No era humano, ni bestia, ni espíritu. Su forma parecía estar compuesta de luz y sombra a la vez, y su voz resonó en el aire como un eco distante.
—Bienvenida, Nasia. Has cruzado el Portal de las Estrellas Perdidas. Este lugar guarda los secretos de quienes han sido olvidados por el tiempo. Cada estrella representa una historia, una vida, un alma que ya no existe en la memoria de los vivos.
Nasia, sorprendida pero fascinada, dio un paso adelante.
—¿Qué es este lugar? —preguntó, su voz temblorosa pero decidida.
—Es un lugar donde las historias perdidas encuentran su hogar. Las almas que aquí residen son las de aquellos que, por alguna razón, nunca fueron recordados. Aquellos que la historia olvidó. Y tú, joven Nasia, tienes un propósito aquí.
Intrigada y un tanto desconcertada, Nasia intentó procesar las palabras del ser. Sabía que este no era un lugar común, ni una simple fantasía. Este lugar, con sus luces flotantes y su quietud etérea, desbordaba magia y misterio.
—¿Y cuál es mi propósito? —preguntó con curiosidad.
La figura de luz y sombra comenzó a disolverse lentamente, revelando una esfera de luz brillante que flotaba en el aire. De ella, emergieron imágenes fugaces de lugares y personas que Nasia no conocía, pero que de alguna manera la atraían.
—Tu tarea es salvar lo que el tiempo ha perdido. Cada estrella que ves aquí representa una historia que ha quedado en el olvido. Al tocarlas, podrás revivir esas historias y devolverlas al mundo de los vivos. El destino de estos seres depende de ti. Sin embargo, no es una tarea fácil. Cada historia revivida tiene su precio, y solo tú puedes decidir si estás dispuesta a pagar ese precio.
Nasia no dudó. Desde niña había anhelado aventuras, misterios por resolver, y ahora tenía ante ella la oportunidad de cambiar el curso de muchas vidas. Sin pensarlo demasiado, extendió la mano hacia una de las estrellas cercanas. Cuando sus dedos la tocaron, un torrente de imágenes y recuerdos la invadió. Vió a una joven reina que había sido olvidada por su pueblo, un guerrero cuyo sacrificio nunca fue reconocido, y una niña que vivió en la pobreza y desapareció sin dejar rastro. Todos ellos habían sido borrados de la historia, pero ahora, gracias a Nasia, sus vidas podrían ser recordadas.
Sin embargo, un dolor profundo comenzó a formarse en su pecho, un peso que la llenó de tristeza. Cada estrella que tocaba la conectaba más con esos destinos olvidados, y el precio que pagaba por revivirlas era una parte de su propia alma. Su luz, su esperanza, se desvanecía poco a poco.
A medida que Nasia tocaba más estrellas, su cuerpo comenzaba a desvanecerse, convirtiéndose en una presencia etérea, como las almas que revivía. Sin embargo, al mirar atrás, vio que el bosque, el hogar que había dejado, comenzaba a desmoronarse. Era como si el tiempo se estuviera deshaciendo, y Nasia entendió que había tomado la decisión más difícil de su vida: salvar a los olvidados, pero perderse a sí misma en el proceso.
Con un suspiro, la joven doncella aceptó su destino. Sabía que, aunque el sacrificio era grande, las historias de aquellos a quienes había ayudado a recordar seguirían viviendo, y en eso radicaba la verdadera magia del portal. La puerta a otro mundo seguía abierta, pero para Nasia, la historia ya había sido escrita. La joven de cabellos dorados se convirtió en una estrella más en el cielo, eterna e invisible, pero siempre presente, velando por aquellos que nunca fueron olvidados.